La apicultura urbana se ha consolidado como una práctica fundamental en el contexto de las ciudades modernas, contribuyendo significativamente tanto a la seguridad alimentaria como a la preservación de la biodiversidad. El crecimiento de las zonas urbanas plantea desafíos considerables para la sostenibilidad, pero integrar la apicultura en estos entornos ofrece soluciones innovadoras que benefician tanto a los ecosistemas locales como a las comunidades humanas. Las abejas urbanas y los apicultores colaboran de manera activa para crear ciudades más saludables y resilientes, uniendo naturaleza y sociedad en busca de un futuro más equilibrado.